Por: Jenifer Andrea Henao / Foto: Angélica Cardona Gómez
Yenys María Gutiérrez Rangel o más conocida por los turbeños como Yennys Prestigio, es una de las cinco hermanas de las Gutierrez Rangel del barrio Buenos Aires del municipio de Turbo, quienes en su mayoría se dedican a la venta de comida, “La gente dice que las Gutierrez sazonamos muy bien. El mejor sancocho de mondongo lo vendemos las Gutierrez Rangel en el centro del municipio de Turbo, es la sensación.”
Yenys Prestigio, nació en Cartagena el 15 de febrero de 1953, sin embargo, fue registrada en dos ocasiones, en su ciudad natal y en Turbo, cuando su madre que era cartagenera y su padre turbeño, la trajeron al golfo del Urabá Antioqueño. Desde entonces, Prestigio se siente orgullosamente turbeña y visita la ciudad amurallada cada vez que puede.
“Mi abuelo era tamborero, el mejor tamborero que tenia Pueblo Quemado, ahora el municipio de Apartadó, se llamaba Leonardo Gutiérrez De Arco, mi tía Ines Gutierrez Cardales, era bailarina, así que yo llevo el bullerengue en la sangre”, afirma con mucho orgullo. Yenys Prestigio, perteneció durante un año al grupo de bullerengue Brisas de Urabá y en los últimos nueve años se vinculó al grupo de bullerengue, Bananeras de Urabá.
Esta bullerenguera, hasta hace unos meses se dedicaba a la venta de galletas, enyucados, pasteles, chorizos, rellenas y demás actividades, los cuales fabricaba junto a Yenesid del Pino, en una casa del barrio Obrero, ellas decidieron donar su improvisada fábrica a los cubanos varados en Turbo, es decir, la fábrica pasó a ser albergue para aproximadamente 5 familias cubanas. “Me interesa ayudar a los cubanos porque todos somo seres humanos y yo me pongo en los zapatos de ellos,lo que a ellos les duele hoy también me está doliendo”
Finalmente, esta mujer a sus 63 años de edad asegura que si ella fuera cubana y migración Colombia le dijera que la va a deportar ella haría lo posible por quedarse en Colombia. “A los cubanos les digo que tengan mucha fe en Dios y a los colombianos que todos somos hermanos y que sintamos el dolor, porque hay niños, mujeres en embarazo, ancianos, ellos necesitan de nuestra colaboración.”