Por: Ana María Muñoz Ramos – Foto: Nicolás González
El golfo de Urabá ha presenciado inmensurables momentos, la huella de los conquistadores con los años se fue borrando, para darle paso a la de otros milenarios personajes que construirían historia y dejarían valiosos legados, múltiples etnias han vivenciado la grandeza de las costas de Antioquia; sin embargo con el paso del tiempo, el paisaje se ha transformado de manera decisiva, con ayuda, cómo no, de la mano del hombre.
Los recursos que parecen aún tan ilimitados para muchos lugareños, comienzan a pasarnos factura, además de hacernos un llamado muy cercano para que retomemos costumbres ancestrales, de aquellos pobladores nativos de la zona, de preservar y hacernos uno con el entorno que nos rodea.
La riqueza del golfo es innegable, razón por la que es tan atractivo hoy en día para muchos sectores económicos del país, que comienzan a apostarle con inversión; sin embargo; los pobladores deben hacer conciencia de la responsabilidad social que conllevan todas estas nuevas ideas de desarrollo y crecimiento, son los Urabaenses quienes deben apersonarse y apostarle al empoderamiento de su zona, aprovechando dicha inversión en pro del beneficio común.
La abundancia de agua es notable, uno de los ríos con más afluencia bañan el océano pacifico y atlántico que recorre las cuencas y caminos que a diario disfrutan miles de personas que viven y pasan cerca de allí.
Recorridos en lancha y canoa por la zona de Urabá.
La próxima vez que salgas a disfrutar de las costas, ríos y espacios naturales de tu zona, recuerda cargar con una bolsa para recoger todo lo que llevaste, proteger los espacios; es responsabilidad de todos y nos corresponde preservar para que las generaciones que están por venir; puedan disfrutar igual o mucho más de lo que todos lo hacen ahora.