Por: Sebastian Puerta Ortiz
Cómo negar que soy de Urabá cuando allí aprendí de la amistad, el compañerismo y otros valores que han forjado a la persona que hoy soy. Cómo no decir que nací en un sitio cuya diversidad es tanta que aprendes que no hay diferencia entre blancos, negros o indígenas.
Cómo negar el calor de su gente, la amabilidad, la humildad y la verraquera que hay en cada sitio de mi región. Cómo negar la alegría, la energía y las sonrisas que se pueden ver desde cualquier rincón de los diferentes municipios que conforman mi tierra amada.
Cómo no decir que soy hijo de las playas, ríos y montañas. Nunca podría negar esos campos verdes llenos de vida, que han inspirado a personas como este servidor, a buscar entre el baúl de palabras las mejores para retratarla.
Cómo no quererte Urabá, si has superado los más grandes y feroces desafíos, si te has caído y levantado después de tanta oscuridad. Cómo no quererte si a pesar de todo siempre le has brindado una sonrisa al resto del país.